lunes, 8 de abril de 2013

Con los pies por fuera...

Hoy entre sueños e insomnios la cama me ha hablado.
Sin querer he sobrepasado la línea de tu lado.
Y no es que no quiera que te ponga encima la pierna.
Es que no estás y ella te guarda el sitio.

Si te preguntas como te sueño en la cama,
Te diré que te insomnio más que te sueño.
Te imagino con los pies helados sobre mis huellas,
con tu cintura pequeña sobre mi tacto.

Posando la mirada sobre mis gestos.
Te dibujo entre las estrellas de mi tejado.
Escondiéndote los besos entre los brazos.
Pintándome los lunares en el costado.

Si quieres saber como te duermo,
Te diré que te duermo sin mi a tu lado.
Que la línea divisoria de la cama
Es un ojalá con puntos suspensivos.

Que la almohada no pasa consulta por las noches.
Se limita a edificar una posada con tu nombre.
Que la mesilla ha cerrado todos sus cajones.
Y lo que quiere es que te guarde en uno de sus rincones.

Así duermo yo sin tí.
Con la cama más ancha que larga.
Con los pies por fuera
y el vacío por dentro.

domingo, 7 de abril de 2013

Tan tormenta y tan calma...

Ella es la luz más pequeña entre la oscuridad.
Un pequeño faro que le guía hacia su puerto.
Tan pequeña y tan radiante a la vez,
que compite con las estrellas más bonitas
y le roba el protagonismo a la misma Luna.

Ella es un suspiro entrecortado con billete a la realidad.
Que le roba el aire para luego regalárselo.
Tan profundo y tan distante a la vez,
que si él lo habitaba un día sin querer,
se quería quedar allí por siempre jamás.

Ella mira con sus ojos y pinta paisajes en calma.
Y él paseaba por sus tormentas intentando no mojarse.
Tan tormenta y tan calma a la vez,
que no sabía si acabar calándose
o firmar un tratado de paz a los pies de su cama.

Ella le hablaba de su pasado y él terminaba recordándolo.
Viajaba por su presente y se paraban los relojes.
Tan presente y tan pasado a la vez,
que cuando pasa un minuto por sus puertas
se transforma en el instante más bonito jamás contado.

Ella tenía pocas primaveras a las que deshojar margaritas.
Él tenía el huerto más marchito del lugar.
Ella tan joven y él tan viejo a la vez,
Que en ocasiones daban la vuelta al calendario
Y se encontraban por detrás, entre bambalinas.

Ella, en su sonrisa, escondía tanto..
Debido a sus distantes brazos, le podía dar tan poco...
Tanto y tan poco a la vez,
Que él no sabía si dejarla pasar de largo por su vida
o esconderse en sus rincones y que los vieran pasear.

jueves, 4 de abril de 2013

Hoy no tengo ni una puta palabra bonita para ti.

Hoy ni quiero tener ni tengo
una puta palabra bonita para ti.
No quiero imaginarme siendo
tu barco antes de partir.

Ni tan siquiera te quiero imaginar
con la inmensidad de tus islas reflejadas en los ojos,
ni como el fondo de pantalla
que un día te hice reuniendo todas nuestras fotos.

Hoy solo quiero esconderme
detrás de la verdad.
Porque si de ser verdadero se trata,
te diré que no puedo dejar de buscar.
Y que lo peor de todo
es que nunca me logro encontrar.

Cuando abro los ojos cada mañana,
es como si los sueños no quisieran marchar.
siento que duermes a mi lado
e incluso te noto respirar.

Eso dura un instante cada día.
Y es justo ese instante en el que vivo
y siento que me invade la felicidad.

Cuando despierto se asusta hasta el miedo
y todo se vuelve de un color muy raro,
de un tono oscuro casi negro soledad.

Y no, no estoy triste. Solamente tengo triste la sonrisa.

Triste está el sofá que siempre se queda esperando,
cuando me tumbo, que tu caigas detrás.
Triste está el espejo del cuarto de baño
que ya no tendrá que ver tu imagen haciéndome esperar.
Triste está la lavadora que ya no tendrá ni un puto pelo tuyo
enredándose entre mis calcetines y todo lo demás.
Triste está mi ciudad, que intuye que no la volverás a pisar,
y amanece amenazando con no volver a pintar calles jamás.
Triste están estas cuatro jodidas paredes,
que ya no entienden lo que significa la palabra hogar.
Triste está el restaurante que no volveremos a pisar
y ya no me volverá a ver a pidiéndote pan.

Pero te juro que yo no. Que sí estuviera triste,
no tendría estas ganas de correr por la vida
sujetándome las heridas, por si cuando le gire todas las esquinas,
estuvieras tu detrás.

Que sí estuviera triste,
no tendría siempre las ganas de que termine el día
y meterme en la cama corriendo, por si esa noche a mis sueños,
les da por despertar.

Que sepas que nuestras palabras
se las llevó un día el viento aprovechando el temporal.
Y por eso te escribo, por si le diera por volver a soplar.

Que sepas que ahora me doy cuenta
que lo que tengo por dentro no te quiere ni te ama.
Lo que ha quedado por dentro, que tengas claro que es mucho más.