lunes, 19 de agosto de 2013

La ciudad corriendo a tus espaldas.

Cuando ella te susurra se para el mundo y el reloj corre.

Comienzas a luchar contra las horas.
Y en la batalla,
una luz superior a tus fuerzas, te para de golpe.

Son sus ojos.

Cuando se sucede un cruce de miradas
notas que algo te toca.
Te sientes el elegido. 
Te entran las ganas de cambiar el mundo.

Su mundo en el tuyo. 
O el tuyo en el suyo.
No importa.
sólo quieres compartirlo.

Porque sabes que todo es más libre a su lado.
Incluso el mundo.

Quieres apresar el tiempo.
Pero luego viene ella y te sonríe.
Y no puedes más que dejarlo escapar. 

Y es que ella esconde en la sonrisa un salvavidas.
Y cuando lo ves quieres agarrarte a él.
Aunque no necesites que te salven.
Pero te viene bien cuando te toca.

Porque cuando te roza la piel
el suelo tiembla debajo.
Y quieres agarrarte a ella y no soltarla jamás.
Quieres aferrarte a la vida si la observas a su lado.

Y luego viene y te besa...

Y en el beso
crees estar viajando.
Te recorre un escalofrío que pone firme 
cada centímetro de tu jodida piel.

Como si estuvieras andando descalzo por el polo norte.
Como si te encontraras caminando en pleno mes de agosto en el desierto.

Y es cuando comienzas a recordar con tus labios cada pliegue de los suyos.
Esos que tanto has mirado.
Esos que comenzaste a añorar la primera vez que la viste.

Ves como un suspiro le echa un cable a tu respiración.
Como el primer llanto de un bebé.
Como si no pudieras continuar con tu vida sin un suspiro.

Y si abres los ojos en ese momento
ves pasar la ciudad por detrás. 
Acelerada, observándoos y con una sonrisa en el viento.

Y la abrazas.
No puedes hacer otra cosa.
Aunque a quince metros todo ardiera
sólo quieres abrazarla.

Y notas como sus huesos forman recovecos
que se acoplan a tu cuerpo como hecho a medida.
Y viajas al espacio. 
Y es el momento en el que le sonríes con complicidad a las estrellas.
Que días antes te pedían un deseo y se suicidaban por ti.

Y descubres lo increíblemente bonito que resultó
cuando una estrella kamikaze 
se sacrificó para que tú pudieras estar en ese momento
con la ciudad corriendo a tus espaldas.

viernes, 9 de agosto de 2013

La absurda teoría del abrazo.

Al llegar a casa me metí en la cama,
cerré los ojos y apagué la luz.

Comenzaron a encenderse 
todos los colores,
todas esas risas, 
la mirada tímida,
la sonrisa despeinada,
la mano temblorosa.

Porque cuando siento 
me tiembla la mano.
Porque cuando me miras
me tiembla el suelo en los pies.
Y se me nota si flaqueo
porque siempre acabo huyendo por las ramas.

Te expliqué mi absurda teoría
de conexiones,
de personas y abrazos.

Pero no.
Tú abrazas con el alma.

Regalas la sonrisa, sin saber,
que es la más bonita del mundo,
Susurras muy flojito, sin saber,
que tus palabras suenan en voz alta.

Es complicado explicar
que sería incapaz de describir
todo lo que me rodea cuando te veo.

Porque centras toda la atención.
¿Quien quiere ver arte colgado en las paredes 
pudiendo estar mirándote?
Ni la música conseguiría que me pierda una palabra tuya.

Descubrí que si suspiro 
es porque se me olvida respirar de manera constante.
Que si me pierdo por las calles
es porque no importa donde ir cuando ya estás donde quieres.

Tendré en mi memoria el día
en el que cambiaste mi teoría sobre el abrazo.
Me abrazaste y volvieron a venir
todos los colores,
todas esas risas,
la mirada tímida,
la sonrisa despeinada
Y me empezó a temblar la mano.

Hay abrazos que entienden de personas,
que te sonríen y te miran.
Que te visten en medio de una noche.
Al día siguiente despiertas
y te das cuenta
que hay abrazos por los que merece la pena la vida.

 


miércoles, 31 de julio de 2013

El mundo se ha parado hasta que no sonría.

Ella no te mira,
con tan sólo un pestañeo,
dibuja paisajes en tu horizonte
con lo colores más vivos que puedas imaginar.

Ella no levanta la voz.
Con la voz medio acostada
te susurra solo cuatro palabras
y crees haberla estado escuchando toda la vida.

Ella no camina,
pie detrás de pie
va jugando con el suelo,
te arrebata la gravedad y flotarías por seguirla.

Ella no suspira,
respira en voz bajita
y en cada gota de oxígeno 
es capaz de llenarte los pulmones de vida.

Ella no llora,
riega flores con la vista.
Desborda ríos con los párpados 
y con sus pestañas, jardines secos, los llena de vida.

Ella no es recuerdo
de los de sólo una vez en la vida.
Quizás la conoces en un instante cualquiera
y poco tiempo después descubres, que no la olvidarás en la vida.

Ella es todo eso,
y hoy necesita sonrisas.
Si la veis decirle de mi parte,
Que a pesar de cada mueca, de cada gramo de alegría,

El mundo se ha parado hasta que no sonría.

sábado, 20 de julio de 2013

Ve(i)nte.

Esa cama, en la que dormía 
con los pies por fuera
y el vacío por dentro,
día a día va cambiando de cara.

Porque sabe que después del uno 
ya no va el dos.
Porque el calendario
ya no cuenta días.

Mas bien aliña segundos,
uno a uno, con mis ganas.
Enreda horas, una a una,
entre sábanas vacías.

Porque no existe semana que viene,
sino porque somos nosotros
quienes vamos a por ella.

Quienes tropezaremos frente a frente.
Y no sabré
si echarte abrazos por encima
o montarte un pisito
en el centro de uno de ellos.

Aunque sólo de
para un par de suspiros.
Aunque me tenga que quedar
en un instante cualquiera 
de todos tus segundos.

Ve(i)nte.

jueves, 18 de julio de 2013

Veintitrés.

Todo huele a quemado.
Las cenizas de otros suspiros
todavía ondean, volátiles,
por alrededor de la ventana.

Aún se puede notar el aire 
mezclado con mis ganas
amenazando con saltar al vacío.

Y entre tanto llanto suicidado
mi esperanza se afila las uñas.
Mis latidos
juegan a golpear
fuerte contra el pecho.

Para verte llegar.

Veintitrés.

martes, 16 de julio de 2013

Veinticuatro.

Cuando planean sobre mi tejado
los viejos fantasmas,
me doy cuenta que te necesito.
Que sin ti, ya jamás yo.

Que sin suspiros
la vida pasa más lenta.
Y desde que existes
juego con el calendario.

Todo es una cuenta atrás.



lunes, 15 de julio de 2013

Veinticinco.


El ruido que invade la casa 
por cada rendija de las ventanas,
me habla de ti.

Te trae sonriendo. 
Desnuda, pequeña, nocturna.
En cada silencio te abraza a mí.

Como un ángel varado, 
sin rumbo, 
con las alas cortadas.
Pero no por ello menos salvador.
No por ello menos esencial.
Y sólo por ello vital.

Y es que hay un hueco en el sofá
que ya te empieza a recordar.
Cada primer rayo de sol
proyecta las sombras sobre la cama
como queriéndote dibujar.

Me duermo y te sueño.
Despierto y todavía tengo
la huella de tu cabeza marcada,
posada en mi pecho.

Y cada leve brisa,
cada gramo de memoria,
cada instante que se va,
te empuja hacia la profundidad de mis sábanas
y te hace naufragar.

Para quedarte en ellas.
Para que, aquello que noto cada despertar,
sea más que un sueño,
sea nuestra realidad.

Veinticinco.

 


lunes, 20 de mayo de 2013

Lo malo tú y yo no.

"...que lo malo comienza  cuando empiezas a querer que
alguien que está lejos esté cerca."

...que lo malo es cuando te das cuenta que te han robado.
Yo que "siempre llevo el corazón encima, por si me lo quitan".

...que lo malo es cuando me despierto. Y no estás.
Pero has pasado por mi cama y te has dejado olvidadas mis ganas.

...que lo malo es que te has adueñado de cada una de las carcajadas.
Y se escapan, y se encaminan en busca de lo más alto de tu falda.

...que lo malo es que me gustó el sabor del carmín de tus labios
sin tan siquiera haber soñado en llegar a probarlos.

...que lo malo es que nos persigan viejos fantasmas cada sábado 
y tú me hagas sonreír y bailar con ellos de la mano.

...que lo malo es pasar tres décadas de vida sin saber que existes.
Tú y tu manera de reinventar eso tan especial que no sé ni qué es.

...que lo malo viene cuando te ausentas y mis miedos estallan.
Pensando en haber llegado tarde, o que tú me hayas alcanzado demasiado pronto.

...que lo malo es no poder jugar con el calendario a nuestro antojo
igual que juegas con mis ganas de besarte.

...que lo malo es que apareciste con tu sonrisa pintada y la luz de tus ventanas.
Y ahora no me imagino sin tus bolsos colgados de mi puerta.

...que lo malo es que no estoy siendo sin ti. Y que tú llegues a ser sin mí.

...que lo malo es que existes. Y yo, sin ti, ya no.

martes, 14 de mayo de 2013

Tatuaje.

El recuerdo no es más
que un tatuaje que dejaste marcado por debajo de mi piel.
Ocupando cada poro,
recorriendo todo modo
de jugar con las cosquillas cuando te veía anochecer.

Tatuado quedó tu tiempo
en cada beso que fui dando, en sueños en los que participé.
Tumbado en cada cama,
devorando toda alma
de cada entrepierna que con los labios separé.

Pero no llevaré conmigo
todas esas noches sin abrigo,
donde apostaste con mi norte y acabaste perdiendo tú el sur.

No quedó tinta entre mis huecos,
ni espacio para esos cielos
que con tus temibles nubarrones, despintabas de azul.

Sólo queda algún momento
en el que cojo y me miento,
y no distingo ningún rostro en el que no te encuentres tú.

Quedaste tatuada
en los pliegues de mis labios sujetando las heridas.
Y si miras cuando río
o me ves cuando les beso
solo podrás observar que allí te hallas escondida.

Tatuada,

pero en el olvido.

lunes, 8 de abril de 2013

Con los pies por fuera...

Hoy entre sueños e insomnios la cama me ha hablado.
Sin querer he sobrepasado la línea de tu lado.
Y no es que no quiera que te ponga encima la pierna.
Es que no estás y ella te guarda el sitio.

Si te preguntas como te sueño en la cama,
Te diré que te insomnio más que te sueño.
Te imagino con los pies helados sobre mis huellas,
con tu cintura pequeña sobre mi tacto.

Posando la mirada sobre mis gestos.
Te dibujo entre las estrellas de mi tejado.
Escondiéndote los besos entre los brazos.
Pintándome los lunares en el costado.

Si quieres saber como te duermo,
Te diré que te duermo sin mi a tu lado.
Que la línea divisoria de la cama
Es un ojalá con puntos suspensivos.

Que la almohada no pasa consulta por las noches.
Se limita a edificar una posada con tu nombre.
Que la mesilla ha cerrado todos sus cajones.
Y lo que quiere es que te guarde en uno de sus rincones.

Así duermo yo sin tí.
Con la cama más ancha que larga.
Con los pies por fuera
y el vacío por dentro.

domingo, 7 de abril de 2013

Tan tormenta y tan calma...

Ella es la luz más pequeña entre la oscuridad.
Un pequeño faro que le guía hacia su puerto.
Tan pequeña y tan radiante a la vez,
que compite con las estrellas más bonitas
y le roba el protagonismo a la misma Luna.

Ella es un suspiro entrecortado con billete a la realidad.
Que le roba el aire para luego regalárselo.
Tan profundo y tan distante a la vez,
que si él lo habitaba un día sin querer,
se quería quedar allí por siempre jamás.

Ella mira con sus ojos y pinta paisajes en calma.
Y él paseaba por sus tormentas intentando no mojarse.
Tan tormenta y tan calma a la vez,
que no sabía si acabar calándose
o firmar un tratado de paz a los pies de su cama.

Ella le hablaba de su pasado y él terminaba recordándolo.
Viajaba por su presente y se paraban los relojes.
Tan presente y tan pasado a la vez,
que cuando pasa un minuto por sus puertas
se transforma en el instante más bonito jamás contado.

Ella tenía pocas primaveras a las que deshojar margaritas.
Él tenía el huerto más marchito del lugar.
Ella tan joven y él tan viejo a la vez,
Que en ocasiones daban la vuelta al calendario
Y se encontraban por detrás, entre bambalinas.

Ella, en su sonrisa, escondía tanto..
Debido a sus distantes brazos, le podía dar tan poco...
Tanto y tan poco a la vez,
Que él no sabía si dejarla pasar de largo por su vida
o esconderse en sus rincones y que los vieran pasear.

jueves, 4 de abril de 2013

Hoy no tengo ni una puta palabra bonita para ti.

Hoy ni quiero tener ni tengo
una puta palabra bonita para ti.
No quiero imaginarme siendo
tu barco antes de partir.

Ni tan siquiera te quiero imaginar
con la inmensidad de tus islas reflejadas en los ojos,
ni como el fondo de pantalla
que un día te hice reuniendo todas nuestras fotos.

Hoy solo quiero esconderme
detrás de la verdad.
Porque si de ser verdadero se trata,
te diré que no puedo dejar de buscar.
Y que lo peor de todo
es que nunca me logro encontrar.

Cuando abro los ojos cada mañana,
es como si los sueños no quisieran marchar.
siento que duermes a mi lado
e incluso te noto respirar.

Eso dura un instante cada día.
Y es justo ese instante en el que vivo
y siento que me invade la felicidad.

Cuando despierto se asusta hasta el miedo
y todo se vuelve de un color muy raro,
de un tono oscuro casi negro soledad.

Y no, no estoy triste. Solamente tengo triste la sonrisa.

Triste está el sofá que siempre se queda esperando,
cuando me tumbo, que tu caigas detrás.
Triste está el espejo del cuarto de baño
que ya no tendrá que ver tu imagen haciéndome esperar.
Triste está la lavadora que ya no tendrá ni un puto pelo tuyo
enredándose entre mis calcetines y todo lo demás.
Triste está mi ciudad, que intuye que no la volverás a pisar,
y amanece amenazando con no volver a pintar calles jamás.
Triste están estas cuatro jodidas paredes,
que ya no entienden lo que significa la palabra hogar.
Triste está el restaurante que no volveremos a pisar
y ya no me volverá a ver a pidiéndote pan.

Pero te juro que yo no. Que sí estuviera triste,
no tendría estas ganas de correr por la vida
sujetándome las heridas, por si cuando le gire todas las esquinas,
estuvieras tu detrás.

Que sí estuviera triste,
no tendría siempre las ganas de que termine el día
y meterme en la cama corriendo, por si esa noche a mis sueños,
les da por despertar.

Que sepas que nuestras palabras
se las llevó un día el viento aprovechando el temporal.
Y por eso te escribo, por si le diera por volver a soplar.

Que sepas que ahora me doy cuenta
que lo que tengo por dentro no te quiere ni te ama.
Lo que ha quedado por dentro, que tengas claro que es mucho más.

jueves, 28 de marzo de 2013

Mis sueños y tú.

Esa esencia que dejas
siempre impregnada en mi cama,
esa que te ve marchar siempre
pero que hace que nunca te vayas.

En unas horas dormirá de nuevo
cogida muy fuerte a mis sueños.
Abrazándolos, acariciándolos,
aprendiendo a convivir con ellos.

Juego a eso de esconder el beso
cuando se acerca tu boca.
Proclamando guerra a todo verso
con su victoria o su derrota.

Juegas a que me muerda el labio
mientras tus ojos me provocan.
Haces que juegue a hacerme el sabio
mientras tú, experta, me devoras.

Y es que cuando estoy contigo
duermo sujetándote.
Pero cuando duermo sin ti
te sujeto soñándote.

Por si te da por caerte
en medio de la madrugada.
Por si me da por despertar
y puedas tirar fuerte de la almohada.

Tú, que me quitas el sueño
cuando tu pelo roza mi pecho.
Yo, que fumo a escondidas
por lo bien que lo hemos hecho.

Tú, que pintas el horizonte
cuando tus uñas rozan mi espalda.
Yo, que te sueño muy despierto.
y que vivo por arrancarte la falda.


viernes, 22 de marzo de 2013

Hoy te soñé y te rocé un pecho.


Estas cuatro paredes,
sin ti, se vuelven cárcel.
Y mi cama se muerde las sábanas
esperando el vis a vis.

Estos sueños tontos
han resistido al invierno.
Y ahora, vestidos de las mejores ganas,
me recuerdan tanto a ti...

Este viaje por tus brazos
se ha colado en un vuelo sin billete.
Esta escapada por tu tacto
quiere liberarse de todo grillete.

Tengo que quererte y contarte
todas las costillas con mis dedos.
Y tengo que contarte , que sin querer,
hoy te soñé y te rocé un pecho.




miércoles, 20 de marzo de 2013

La guerra de tus letras.

Cada palabra que rozan tus manos
acuchilla un suspiro
Y lo cuelga en mi espalda.

Cada silencio que rompen tus labios
apaga la luz,
Y te arranca la falda.

Y es que,
madrugar no tiene valor
si tus lunares y mi lengua
no juegan a eso de asesinarse.

Y es que,
anochecer no provoca latidos
si no se declaran la guerra
las palabras "deseo", "perder" y "sentido".

Tus caricias causan terror
a toda metáfora vestida.
Y mis dedos temblorosos
sustentan la bandera abatida.

No hay tregua ni rendición
en la guerra de tus letras.
Tan sólo unirse al batallón
de los pliegues de tu piel cuando me aprietas.







martes, 19 de marzo de 2013

Todavía te recuerdo como si fuera mañana.

Todavía recuerdo cuando, desnudos,
jugábamos a averiguarnos las sonrisas.
De cómo tu ombligo,
era un faro que alumbraba
todo hueco de mi cama.
Tu pelo, enredado en mi tacto,
era el festival de todas mis cosquillas.
La cuarta, la sexta o la octava maravilla,
no se.
Quizás la primera.

Cuando se trataba de contar contigo,
sólo trataba de enumerarte las costillas.
Mientras, boca abajo tus suspiros
ahuyentaban toda duda entre mis brazos.
Lo que más anhelo
es cuando dábamos una pequeña tregua a las caderas.
Me leías cada línea de la mano
y en todas ellas sólo veías recuerdos del porvenir.

Todavía recuerdo
como proyectabas las primeras sombras de la mañana.
Como con tan sólo abrir los ojos
conseguías que oliera a café y tostadas.
Todavía me cuesta acostumbrarme
a la metamorfosis que sufrieron mis espejos.
Camaleónicos,
mimetizados,
quisieron fundirse en un abrazo eterno contigo.

Y ahora
¿qué hago yo con la parte izquierda de la cama?
Si no se dormir en ella.
Si cuando abro los ojos
tu sombra sigue dibujándote en mi espalda.
Si dejaste olvidada tu falda
y yo la giro con mis ganas por si te apareces debajo.

Todavía te recuerdo como si fuera mañana.

jueves, 14 de marzo de 2013

Desenfreno y ternura.

Tú.

Sí tú.

Capaz de llevarte contigo mis tormentas y devolvérmelas en forma de huracán.
De arrancarme las nubes de la mirada y llover sobre mí.

Capaz de sonreírle a la ternura y jugar con la más buena de las malicias.
De cuándo el pecho oprime el alma y a la vez te arranca la falda.

Capaz de sonar a melodía y capaz de destrozar los acordes.
De cómo la voz tirita en pleno invierno a elevadas temperaturas.

Capaz de crear tiernos abrazos y de querer morir contigo a lengüetazos.
(De)Tener todas mis sonrisas y arrancarme la ropa con la vista.

Tú.

Sí. Tú.

La más capaz.
De despertar en mí la seguridad más aterradora.
De querer morir contigo y querer vivir en tu sur.
Justo cerca de tu ombligo.

Tú.



sábado, 9 de marzo de 2013

Tira la letra y esconde la mano.

Entre letras y acordes hoy se mueven mis dedos.
Temblorosos, nostálgicos, añorando añorarte.
Que no hay mejor manera que la que pudo encontrarte.

La manera que te busca, que se esconde,
que te tira la letra y esconde la mano.
Que te abriga los versos hasta que nos cale el verano.

"Te escribiré siempre" - me prometí. Sin conocer el significado.
Sin saber que estábamos jugando a versearnos las ganas.
Y si se trata de ti y de ganas, me dejaré ganar siempre.

Entre rimas y besos construimos mil poemas.
Sin tejado, sin cimientos, al compás de tus caderas.
Y es que sin duda, de todo, me quedo con tus letras.







viernes, 8 de marzo de 2013

Permíteme...

Permíteme que esta noche sea nuestra.
Que yazcan tus lunares sobre mi cuerpo.
Que no haya más luz. Solo la que me aportas tú.
Que eliminemos sucesos y montañas.

Permíteme que hoy te verse de una manera extraña.
Sin rima, sin tinta, con ignorancia.
Que no quiero saber con quien perderás el aliento.
Que sólo quiero respirar el aire que me robabas.

Permíteme que le arranque los brazos al reloj,
Que cada gramo de tiempo se suspenda en el viento.
Porque el tiempo pesa. Y pasa. Y entre tanto nos besa.
Y si nos da tiempo a besarnos, ¿Qué más puedo pedir?

Permíteme que viaje y te rapte un par de palabras.
Aquellas que dejaste marcadas a uña en mi espalda.
Que tus sueños viajen con los míos de equipaje de mano.
Que sí, que esta noche sea la noche de mis ganas,

Aunque eso suponga que me cuelgue en tu costado.
Y es que colgado estuve, cerca de tu pulmón izquierdo.
Permíteme que una vez más vaya en contra del viento.
Permíteme todo y prohíbeme cuanto haga.