jueves, 4 de abril de 2013

Hoy no tengo ni una puta palabra bonita para ti.

Hoy ni quiero tener ni tengo
una puta palabra bonita para ti.
No quiero imaginarme siendo
tu barco antes de partir.

Ni tan siquiera te quiero imaginar
con la inmensidad de tus islas reflejadas en los ojos,
ni como el fondo de pantalla
que un día te hice reuniendo todas nuestras fotos.

Hoy solo quiero esconderme
detrás de la verdad.
Porque si de ser verdadero se trata,
te diré que no puedo dejar de buscar.
Y que lo peor de todo
es que nunca me logro encontrar.

Cuando abro los ojos cada mañana,
es como si los sueños no quisieran marchar.
siento que duermes a mi lado
e incluso te noto respirar.

Eso dura un instante cada día.
Y es justo ese instante en el que vivo
y siento que me invade la felicidad.

Cuando despierto se asusta hasta el miedo
y todo se vuelve de un color muy raro,
de un tono oscuro casi negro soledad.

Y no, no estoy triste. Solamente tengo triste la sonrisa.

Triste está el sofá que siempre se queda esperando,
cuando me tumbo, que tu caigas detrás.
Triste está el espejo del cuarto de baño
que ya no tendrá que ver tu imagen haciéndome esperar.
Triste está la lavadora que ya no tendrá ni un puto pelo tuyo
enredándose entre mis calcetines y todo lo demás.
Triste está mi ciudad, que intuye que no la volverás a pisar,
y amanece amenazando con no volver a pintar calles jamás.
Triste están estas cuatro jodidas paredes,
que ya no entienden lo que significa la palabra hogar.
Triste está el restaurante que no volveremos a pisar
y ya no me volverá a ver a pidiéndote pan.

Pero te juro que yo no. Que sí estuviera triste,
no tendría estas ganas de correr por la vida
sujetándome las heridas, por si cuando le gire todas las esquinas,
estuvieras tu detrás.

Que sí estuviera triste,
no tendría siempre las ganas de que termine el día
y meterme en la cama corriendo, por si esa noche a mis sueños,
les da por despertar.

Que sepas que nuestras palabras
se las llevó un día el viento aprovechando el temporal.
Y por eso te escribo, por si le diera por volver a soplar.

Que sepas que ahora me doy cuenta
que lo que tengo por dentro no te quiere ni te ama.
Lo que ha quedado por dentro, que tengas claro que es mucho más.

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