martes, 14 de mayo de 2013

Tatuaje.

El recuerdo no es más
que un tatuaje que dejaste marcado por debajo de mi piel.
Ocupando cada poro,
recorriendo todo modo
de jugar con las cosquillas cuando te veía anochecer.

Tatuado quedó tu tiempo
en cada beso que fui dando, en sueños en los que participé.
Tumbado en cada cama,
devorando toda alma
de cada entrepierna que con los labios separé.

Pero no llevaré conmigo
todas esas noches sin abrigo,
donde apostaste con mi norte y acabaste perdiendo tú el sur.

No quedó tinta entre mis huecos,
ni espacio para esos cielos
que con tus temibles nubarrones, despintabas de azul.

Sólo queda algún momento
en el que cojo y me miento,
y no distingo ningún rostro en el que no te encuentres tú.

Quedaste tatuada
en los pliegues de mis labios sujetando las heridas.
Y si miras cuando río
o me ves cuando les beso
solo podrás observar que allí te hallas escondida.

Tatuada,

pero en el olvido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario