miércoles, 20 de marzo de 2013

La guerra de tus letras.

Cada palabra que rozan tus manos
acuchilla un suspiro
Y lo cuelga en mi espalda.

Cada silencio que rompen tus labios
apaga la luz,
Y te arranca la falda.

Y es que,
madrugar no tiene valor
si tus lunares y mi lengua
no juegan a eso de asesinarse.

Y es que,
anochecer no provoca latidos
si no se declaran la guerra
las palabras "deseo", "perder" y "sentido".

Tus caricias causan terror
a toda metáfora vestida.
Y mis dedos temblorosos
sustentan la bandera abatida.

No hay tregua ni rendición
en la guerra de tus letras.
Tan sólo unirse al batallón
de los pliegues de tu piel cuando me aprietas.







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