martes, 19 de marzo de 2013

Todavía te recuerdo como si fuera mañana.

Todavía recuerdo cuando, desnudos,
jugábamos a averiguarnos las sonrisas.
De cómo tu ombligo,
era un faro que alumbraba
todo hueco de mi cama.
Tu pelo, enredado en mi tacto,
era el festival de todas mis cosquillas.
La cuarta, la sexta o la octava maravilla,
no se.
Quizás la primera.

Cuando se trataba de contar contigo,
sólo trataba de enumerarte las costillas.
Mientras, boca abajo tus suspiros
ahuyentaban toda duda entre mis brazos.
Lo que más anhelo
es cuando dábamos una pequeña tregua a las caderas.
Me leías cada línea de la mano
y en todas ellas sólo veías recuerdos del porvenir.

Todavía recuerdo
como proyectabas las primeras sombras de la mañana.
Como con tan sólo abrir los ojos
conseguías que oliera a café y tostadas.
Todavía me cuesta acostumbrarme
a la metamorfosis que sufrieron mis espejos.
Camaleónicos,
mimetizados,
quisieron fundirse en un abrazo eterno contigo.

Y ahora
¿qué hago yo con la parte izquierda de la cama?
Si no se dormir en ella.
Si cuando abro los ojos
tu sombra sigue dibujándote en mi espalda.
Si dejaste olvidada tu falda
y yo la giro con mis ganas por si te apareces debajo.

Todavía te recuerdo como si fuera mañana.

1 comentario:

  1. Qué bonito.... Yo también escribo cosas parecidas, www.decirtodosinpalabras.blogspot.com

    Por cierto, me quedo por aquí ;)

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